Imagen: Pexel
En el post de hoy hablo de dos términos, que al igual que los términos que explicaba en el post de la semana pasada de persuasión y manipulación, a veces se confunden, los de la semana pasada hacía referencia a la influencia que temenos en otras personas, y los de hoy hacer referencia más a nosotros mismos a que nos inspira a que nos motiva, hablo de codicia y ambición aplicados a la sostenibilidad.
La codicia es todo aquello que sienten las personas, que no les importa nada para conseguir sus propósitos, aquí es dónde podemos meter a muchos políticos, y multimillonarios empresarios que para seguir incrementado su cuenta bancaria, no les importa que sea a costa de robar el dinero de los ciudadanos, o del trabajo casi esclavo, o a costa de destruir ecosistemas naturales
La codicia también está marcada por una envidia no sana, quieres tener lo que los demás tienen, sin conocer ni entender tus propias necesidades. En este artículo del país de Borja Vilaseca está muy bien explicado.
Por otro lado la ambición es eso que nos motiva, es eso que nos lleva a querer superarnos, a querer hacer una carrera universitaria, a querer aprender un idioma, a viajar, a desarrollarnos como personas, a empezar nuevos proyectos, a ser unos locos, de esos que cumple sus sueños, es el sentimiento que nos mueve día a día.
Pero la ambición también tiene sus límites, no porque sea mala en un sentido de que te convierta un mala persona, puede querer muchas cosas y no hacer daño a nadie, pero ambicionar demasiado también puede hacerte daño a ti, por ejemplo pensar demasiado en el futuro, y no disfrutar el presente, no ser feliz con lo que ya tienes, y es que cómo dicen si no eres feliz con lo que tienes ahora tampoco lo serás con lo que te venga después.
Para que la ambición sea útil para nuestra vida , es importante sentirnos bien con nosotros mismos, valorar mucho lo que ya tenemos, que no es poco.Y a partir de ahí querer mejorar es normal.
Por ejemplo dirás qué relación tiene esto con la sostenibilidad, para mi tiene mucha, un mundo mejor, más sostenible, con mejores condiciones de trabajo, solo puede darse con la ambición, que es otra de esas palabrostias, que al igual, que la persuasión del anterior artículo nos rechina a veces, pero bien entendida nos hace luchar por algo mejor.
Ambicionar un mundo, un país o una ciudad, o una vida, la tuya, mejor, no te convierte en alguien perverso.
No sé por ejemplo: algo tan sencillo cómo querer comprar ropa ecológica, o querer comprar una manta de lana ecológica, que vale 60 euros, sabes que no se ha hecho un China, con unas condiciones de trabajo penosos, y con una degradación brutal del medio ambiente, vale que no vale 3 euros en el chino de la esquina, y mira que no tengo nada en contra de los chinos, también tienen que vivir, pero nosotros también tenemos que exigir calidad.
Sabes que esa manta se vende en una empresa que está montada por personas con principios y con una forma de pensar parecida a la tuya (por ejemplo la que comento de la lana ecológica es una de las empresas en las que hablo aquí, este tipo de empresas que simplemente por la labor que hacen son estupendas, y a estas empresas las menciono, por algo tan subjetivo, cómo que me gustan y son sostenibles, y también para mostrar que ya se están haciendo muchas cosas en muchos sectores ambientales.
Al fin y al cabo es un cambio del tipo de mundo que queremos, y también es cuestión de prioridades, pero si queremos un mundo más sostenible, pues ese tipo de acciones pues deberían ser prioritarias para nosotros, reciclar, reutilizar y comprar cosas que estén hechas de otro modo.
Luego está el tema del trabajo, y de los sueldos en España que dan pa poco en estos momentos, pero al final, no nos vamos a engañar, nos sumimos en excusas, y excusas, porque hacer un pequeño cambio en nuestros hábitos, o en ciertas cosas requiere un esfuerzo, quejarnos siempre es más fácil, que cambiar algo en nuestros interior para cambiar la situación, y hay que quejarse, pero si la queja no va acompañada de una acción al final, nos quedámos cómo estábamos o incluso peor por todo el tiempo y energía que hemos perdido.
Hay que ser ambiciosos porque las condiciones laborales que tenemos son penosas, pero si no hay trabajo a veces la opción es creártelo, aunque emprender no tienes porque ser para todo el mundo, hay dinero y mucho, se trata de que se mueva, de que fluya, hay mucha gente que está desando invertir sus dinero en proyectos innovadores, en proyectos sostenibles, no digo que todo el mundo deba emprender, pero si es una firme opción, si se trabaja bien, si sabes que quieres, y cómo lo quieres, o puedes ponerte a pensar en ello.
Cada vez hay más personas con mucho dinero, que quieren contribuir a un mundo mejor, que quieren invertir, es cuestión de abrirnos un poco, y ver que hay este tipo de personas.
Y no todas las personas ricas repito, son codiciosas o malas, si una persona, ha sido lista, se ha administrado bien, y ha luchado por su proyecto, y ha ganado dinero limpiamente , quien soy yo para decir, que eso está mal, porque simplemente es una persona ambiciosa, de las que no hacen daño a nadie, ni destruye ecosistemas, presta buenos servicios por ejemplo.
Se me ocurre Frank Sipion de life style al cuadrado, que ha ganado 100.000 con un lanzamiento de un curso sobre blogs o Laura Ribas que es muy buena en el desarrollo de empresas.
Creo que en este aspecto hay muchas creencias limitante, sin saberlo que nos mantienes dónde estamos, bien seguros, bien tranquilos, pero bien insatisfechos.
Más bien por ese tipo de cosas que son pequeñitas, simples , y que nos estanca demasiado.
Como por ejemplo también el tema de creer que humildad es igual a porbreza, soy pobre pero muy humilde, pues alomejor eres pobre pero un poco cabroncete, quien sabe.
Viene un poco también de la educación que hemos tenido, tenemos el miedo de si nos mostramos ambiciosos, nos van a mirar mal, o nos van a decir “mira esta que lista”, “que se cree”, quizás porque nosotros debido a una creencia equivocada es lo que pensamos, cuando vemos a una persona en esa situación, al final es un prejuicio más que no nos sirve, además de que no es verdad.
Pero bueno también se trata sobre todo de querer disfrutar, acumular cosas no nos ayuda, no nos hace felices, hay quien es feliz con muy pocas cosas, y su mayor ambición es compartir momentos, y hay quien su ambición es montar una empresa de servicios de consultoría, para ayudar a pequeñas empresas, o viajar por el mundo, o vivir con muy poquito, pero muy bonito y estar rodeado de personas de calidad.
Y ahora cuéntame que ambicionas, que te gustaría cambiar para tener una vida mejor y un mundo más sostenible, o si estás de puta madre ahora, también me lo puedes contar que te trabajo te habrá costado.
Yo por ejemplo quiero montar un pequeño negocio, que me permita vivir tranquila, no quiero acumular muchas cosas, pero si quiero que sean buenas, y si quiero ganar el dinero que me permita viajar, crear proyectos sostenibles.
Ahora ando un poco definiendo que se me da bien, y en que me puedo desempeñar mejor y con felicidad, tal vez un negocio a través del blog, seguir con el huerto familiar, o ambos, o tal vez, no sé que me depara el futuro, pero si se lo que quiero ,en parte y voy a ir probando.
Y si luchas por ello puede llegar, sino luchas pues la cosa va a estar difícil, claro está.
Un mega abrazo fuerte y ambicioso para que todos tus sueños sostenibles se realicen.

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